Son muchos los factores que influencian el efecto que nuestras acciones de marketing tienen sobre nuestra audiencia. Muchos de éstos tienen que ver con procesos mentales del usuario y por ello generan percepciones que debemos intentar hacer jugar a nuestro favor.

Sabías por ejemplo que, cuánto más ves algo, más te gusta?

Este es el motivo por el que un porcentaje muy elevado de personas, a la pregunta: “Qué parte de tu cuerpo te gusta más?” responde: “Mi cara”. Quizás no sea ni siquiera su rasgo más atractivo, pero es lo que ven cada día y más a menudo en el espejo.

Este fenómeno psicológico se conoce como “efecto de la mera exposición” y explica entre otras cosas por qué aquello que nos es familiar tiende a gustarnos más*.

Enviar mensajes a tus clientes y prospects mediante una newsletter con contenido interesante (si no es así no hace falta ni que empieces 🙂 ) de forma continuada, hace que tu marca forme parte de su set de estímulos frecuentes y, por el efecto de la mera exposición, la idea que los usuarios tienen de tu brand tiende a ser mejor con cada newsletter que envías.

De la misma forma, la visibilidad mediante anuncios gráficos en sitios web visitados por tu público objetivo, incrementa tu exposición y la percepción positiva de tu marca.

Pero atención, todo tiene un límite! Seguro que te ha ocurrido: oyes una canción que te gusta y durante los días siguientes la escuchas a menudo. Cada vez que la escuchas te gusta más, pero si la escuchas demasiado, acabas por aborrecerla!

Cuando programamos planes editoriales para nuestras newsletters, o el número de veces que mostraremos un banner publicitario, debemos aprender de estas lecciones: comunicación continua que despierte un sentido de familiaridad en el usuario, pero no repetitiva ni excesivamente frecuente, especialmente en cortos espacios de tiempo.

El efecto positivo de la exposición continua a nuestra marca (ya sea mediante newsletters, banners o otros medios), tiene un impacto mayor si el mensaje que comunicamos es nuevo o hasta el momento desconocido por el usuario. Intenta, por lo tanto, presentarte de forma distinta a como lo hacen tus competidores, ofrece información nueva, que despierte la curiosidad del usuario o que le descubra nuevas características o funciones de tu producto.

“Y si el usuario no siquiera abre mi newsletter?”, me dirás. “Y si ni siquiera mira mi banner, porque los usuarios ignoran los banners?”.

Tengo una buena noticia para ti: aunque el usuario no sea consciente del estímulo, éste puede influenciar sus decisiones posteriores. En numerosos experimentos las personas habían visto imágenes de productos durante un tiempo tan breve que no fueron conscientes ni siquiera de haberlas visto. Luego, presentadas con una elección o evaluación, prefirieron el producto del que habían recibido el estímulo a otro que no habían visto antes.

Así que muéstrate y empieza a recoger los frutos de una marca percibida de forma más positiva!

*otro elemento que influencia nuestra percepción positiva de lo que nos rodea de forma frecuente en nuestra vida es el más conocido sesgo de confirmación: si YO he elegido que esta persona/cosa/proveedor esté en mi vida, es porque es bueno/positivo.